sábado, 8 de noviembre de 2014

Pura filosofía



"- Eres un filósofo, Sam- dijo Mr. Pickwick.
- Es de familia, creo, sir - replico Mr. Weller-. Mi padre tuvo ribetes de ello. Cuando le zurra mi madrastra se pone a silbar. Si ella, en un momento de coraje, le rompe una pipa, sale él y se compra otra. Si ella empieza a gritar y le da un ataque de histerismo, él fuma a placer hasta que ella vuelve.   ¿ No es eso filosofía, sir?
- Por lo menos es un fiel remedo de ella- replicó sonriendo Mr. Pickwick (...)"

Charles Dickens. Papeles Póstumos del Club Pickwick.


Como los personajes de Dickens yo también me esfuerzo por tomarme la vida con mucha filosofía, pero no llego a la perfección ni con mucho, pero me esfuerzo. Para muestra sirva un botón. Esta semana, cuando Cascarrabias´Kid trajo el primer suspenso del instituto, como el estoico padre del Señor Weller, yo también estaba que fumaba en pipa. Aunque mucho me temo que entre su pipa y la mía la semántica ha experimentado una auténtica transubstanciación: el humo había pasado de ser el signo del temple y del dominio de las pasiones y un momento de felicidad plena, para mutarse en el fruto y manifestación de la ira.

Nos espera un curso largo y duro. En fin. No hay suficiente tabaco en los estancos para tanta filosofía como se necesita.

martes, 4 de noviembre de 2014

Diatriba a un Ser presuntamente Superior

Que dios existe nadie lo pone en duda, pero sin ánimo de criticar, se le está quedando la Creación un poco pasada de moda. El mundo y sobre todo el mecanismo de funcionamiento de los Seres Humanos no van con los tiempos, se ha quedado desfasado. Uno nace, crece, se reproduce tarde mal y nunca, se busca la vida como puede para poder cotizar cuarenta años, se jubila, cobra la renta, se llena de achaques, le van poniendo remiendos por todos los lados y no hay quien le haga palmar.  No es que el molde esté bien hecho, es que la medicina no le deja a uno en paz.

A lo mejor es que dios es un poco desganado. Creo el Todo en seis días, el séptimo se echó a descansar y hasta ahora. Apenas ni un cambio desde que el Sapiens es Sapiens. Como mucho van desapareciendo las muelas del juicio, hemos inventado las croquetas y pagamos las cuotas del gimnasio todos los principios de año. Degeneración, alimentación y gimnasia. El resto sigue igual. el hígado en el lugar del hígado, el riñón en la cesta de la compra o el ojo adentrándose por la vereda de la presbicia. La máquina se ha quedado obsoleta, pero joder, no hay quien la haga dejar de funcionar.

Si en geología el concepto de tiempo es difícilmente comprensible por la mente humana dada su enorme magnitud, con su oligoceno, su pleistoceno, su cámbrico o su jurásico, a lo mejor es que el tiempo celestial o bíblico es aun mayor, vamos, la de dios, por no decir la hostia, que suena muy mal. A lo mejor es que dios sí ha pensado mejorar la raza y el resto de la creación, pero más tarde, el día décimo o el duodécimo, con calma, piano piano, y  en su concepto de tiempo, aún sigue en el día séptimo y se está secando el sudor por el esfuerzo realizado en los seis días anteriores y todavía le falta darse una ducha, cambiarse de muda, tomar un piscolabis y echarse a dormir una siestuca. A lo mejor dios está en los albores del descanso del séptimo día y ya le estamos pidiendo que haga reformas. No sé. Concedámosle en todo caso el beneficio de la duda.

Lo cierto es que un dios moderno, un dios hipster, voy aún más lejos, un dios grunge, incluso un dios un poco punk nos habría sacado ya de fábrica con nuestra obsolescencia programada debajo del brazo. Nada de alzheimer, de cáncer, de parkinson, de osteoporosis, ni todas esas gaitas que afean la existencia. La empresa God & Son & and the Holly Pajarito Inc. prosperaría en los mercados más selectos con su producto estrella: el ser humano bombilla, capaz de fundirse por si solo a las 5000 horas de quitarle el precinto. Como en las buenas películas antiguas en blanco y negro: "El último Clic"; y se fundió el hilo incandescente. La OCU seguro que preferiría el sistema Led y montaría unos pifostios de la leche en su publicaciones para los consumidores más exigentes, pero, qué diablos, quién zurce calcetines hoy en día; se tiran a la basura y se compran otros en los chinos. Vivimos en la cultura del usar y tirar. Los de la OCU no dejan de ser unos reaccionarios, una especie de herejía consentida, y además, sabido es que nunca llueve a gusto de todos.

A lo mejor es que dios es un sádico y le encanta ver como nos afanamos con todas nuestras fuerzas para prolongar nuestra existencia mientras que nuestro cuerpo en sus orígenes sólo había sido concebido para la plenitud de la juventud y claro a partir de cierto punto de maduración, el declive es imparable y progresivo. Ni él mismo había podido prever lo listillos o lo laboriosos que podíamos ser cuando caíamos en manos de la ociosidad o cuando nos espoleaba la angustia vital. A lo mejor es que por muy listos que seamos - discúlpenme que con mi torpeza me incluya gregariamente en los logros civilizadores del ser humano -, no somos capaces de crear un dios a nuestra imagen y semejanza y nos tenemos que consolar con lo que hay.

Y es que vivimos a salto de mata y las zarzas nos desgarran.