martes, 10 de junio de 2008

¡ Queridos hijos!


Tengo una gran noticia. He conseguido un nuevo trabajo con una jornada de cincuenta horas. Desde que la Unión Europea aprobó la directiva con la jornada de 60 horas ( que entre unas cosas y otras todos sabemos que nunca son sesenta) hemos pasado momentos muy difíciles. Ya con la jornada de cuarenta horas ( que entre unas cosas y otras todos sabemos que nunca eran cuarenta) nos costaba conciliar la vida familiar: recogeros al salir del cole era impensable; acompañaros el médico, lo mismo; ayudaros con los deberes era un milagro. Ya entonces me conformaba con llegar algún día de la semana a tiempo para veros despiertos, aprovechaba los fines de semana para estar con vosotros y durante todo el año deseaba con todas mis fuerzas que llegara el verano para poder disfrutar de la familia durante 15 días desde que me levantaba hasta que me acostaba. Un lujo.
Es el precio del progreso. Pensábamos que Europa era una sociedad moderna que daba ejemplo al resto del mundo en cuestión de derechos civiles, y resultó que éramos un sociedad decadente, que lo moderno era la jornada de las sesenta hora. Será por lo de la baja productividad, supongo yo.
Querido hijos. Nuestras penas llegan a su fin. Ya veréis como con la nueva jornada de cincuenta horas conseguimos volver a vernos... alguna vez. Por si acaso os mando una foto mía. Para que no os extrañeis mucho en el momento del reecuentro. Como veis tengo un poco más de canas y un poco menos de pelo. Eso si, la productividad sigo llevándola fatal. Estoy cansado, pero a ver quien es el valiente que se coge una baja.
En fin. Yo también espero poder reconoceros. Aunque dicen los abuelos que habéis dado un estirón tremendo. A veces pienso si mamá habrá tomado la decisión acertada cuando decidió emigrar a un país más decadente que el nuestro. No todos los días trabaja, no todos los días come caliente, pero dice que tiempo para ver atardecer en su casa todos los días. Una de sus típicas excentricidades. ( Si al final decidís marchar con ella, creo que no podré reprochároslo. Europa se está poniendo imposible)

Vuestro afectísimo:

Papá

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