lunes, 22 de octubre de 2007

Connecting people

Escuchado hoy en la radio
Un hombre viaje en el tren e increpa a un mujer ( no se especifica edad) de origen hispanoamericano. Luego la manosea y posteriormente, sin mediar provocación o nada parecido, le propina una patada en la cara y otra en las costillas. Cuando
el tren llega a su estación, se baja y va a su casa como si nada hubiera sucedido.
La noticia tiene dos detalles desconcertantes. Uno, que el agresor mientras agrede a la mujer está hablando con alguien tranquilamente con su móvil. Dos, que las viajeros que les acompañaban en el vagón no movieron un dedo para auxiliar a la mujer.
Dos motivos para la esperanza y un grito.
Las cámaras de televisión de la estación han servido para identificar al agresor: veintiun años, vecino de la zona.
El segundo motivo de esperanza es el pleno convencimiento de que la justicia y el estado de derecho sabrán poner al agresor en su sitio e infringirle el castigo que se merece.
Y en cuanto con mis conciudadnos, sólo espero que el día que yo presencie una escena parecida tenga el valor y el ánimo para ni permanecer sentado, ni callado.
¿ Cuánto tiempo se tarda en dirigir un móvil?

viernes, 19 de octubre de 2007

Egoísmo y bienestar


Al parecer se ha descubierto una vacuna milagrosa contra la malaria. Y lo novedoso de esta vacuna es que se puede aplicar en niños incluso en bebés con una eficacia y unos resultados sorprendentes.

La noticia es, sin duda, buena, muy buena. La esperanza de vida de los países africanos aumentará considerablemente y, además, como afirman los expertos, ya que existe una relación muy directa entre ciertas enfermedades como la malaria y la pobreza, controlado uno de los factores que la desencadenan, mejorarán las condiciones de vida de los países del tercer mundo.

La noticia es buena, muy buena, pero, sin embargo, al escucharla sentí seriamente amenazado mi posición y mi "status" de habitante del primer mundo. Me venían a la cabeza riadas de inmigrantes llamando a las puertas de mi casa, compitiendo duramente por quitarme una parte de los recursos que hacen tan placentera y privilegiada nuestra vida cotidiana.

Fue una visión turbadora, no sólo por imaginarme despojado de mis privilegios, sino también por alarmarme y desear que el bienestar de mis semejantes no se llegará a concretar.

Fue el mío un impulso muy primario, muy básico, muy instintivo. El macho demarca y protege el terreno de caza de su manada.

Después me di cuenta que ese sentimiento era de lo más natural y que lo malo o lo perverso no era que hubiera surgido con la nitidez y la fuerza con la que surgió, sino no ser capaz de comprenderlo, asumirlo y vencerlo.

Ahora estoy plenamente convencido de que la vacuna será un éxito y deseo fervientemente que lo sea. Ahora es el momento de comenzar a trabajar y desarrollar estretegias para que los recursos que monopolizamos y derochamos sean compartibles con quienes llamen a nuestra puerta y faciliten que su vida cotidiana sea por lo menos tan placentera y plena como la nuestra.

Nadie dijo que vivir fuera fácil.