martes, 14 de noviembre de 2017

Salmo Primero. Invocación de la Arcadia

Órbigo, Tuerto, Piragua
Sacaojos, Castrocalbón.

De colores, raspa, tarara,
domingo, Baña.

Pendones, Renault, cangrejos,
tormenta, chopo.

Jardinillo, polvorín, pasaje,
casino, finca.

Requejo, fábrica,
azucarera, Alonso, Vedruna.

Cementerio, Tabullo, Acción
Católica, harina.

Acerolas, potajero, limonada,
imperial, molleja.

Yema, cangrejo, regaliz,
ranas, peruchos.

Cera, alubias, perdices,
moras, botijo.

Pino, alberca, vendimia,
bodega, carro.

Bicicleta, golondrina, piscina,
tomates, motos.

Escopeta, Salvador, cazadora,
jara, remolacha.

Justina, incendio, patio,
cine, oración.

Ferrocarril, Oviedo, helada,
León, Maestro.

Disfraces, chapas, sopas
de ajo, Nazareno.

Montalvo, Baeza, Lombó,
Bardón, Nuri.

Laurinda, Perico, Porfiria,
Maximina, Taz.

Ellos. Quinito. Mari Carmen

domingo, 20 de agosto de 2017

Cascarrabias´Kid estrena móvil

Introducción inevitable antes de adquirir un teléfono elegante.

Decía Cortázar que cuando te regalan un reloj, en realidad eres tú el regalado, porque a partir del momento que tomas posesión del reloj, estás irremediablemente bajo la influencia de la tiranía del tiempo: será el reloj el que marque tus pautas diarias, quien determine lo que tienes que hacer en cada momento, cuándo te debes levantar, cuándo almorzar o cuándo acostarte, y tú tan contento, so ingenuo.

Con el teléfono móvil viene a pasar lo mismo: todos los móviles que se venden con tarjeta tienen bajo su tutela a un inocente ciudadano que vive esclavo de sus prestaciones, aplicaciones, llamadas, mensajes, y silencios, preocupados por su batería, su cobertura, su wifi, su bluetooth, sus actualizaciones y su saldo. En las concurridas convenciones internacionales de teléfonos móviles que se celebran anualmente en Silicon Valley son frecuentes las anécdotas sobre el grado de sumisión, adicción, sometimiento, denigración, absurdo, desatino, incoherencia y ruptura de todas las leyes de la lógica que son capaces de provocar entre sus acólitos, esto es, sobre todos nosotros que tenemos móvil.

La parte más beneficiada del uso del teléfono es el propio teléfono, el que lo fabricó, la compañía telefónica que lo pone en funcionamiento y la empresa que lo vende. El resto somos todos perdedores: sus súbditos. Si no me crees, fíjate en esos grupos de pongamos cinco personas, cada una con la mirada absorta en la pantalla de su móvil y que pueden estar cruzándose mensajes con las personas que tienen sentadas inmediatamente a su lado y con las que comparten grupo. Y lo que es más sorprendente, escribiendo cosas que probablemente jamás se atreverían a decir a la cara a la persona que tienen a su derecha en ese momento. Y lo que es aún más extraordinario, el uso continuado y acrítico de los teléfonos móviles llega a lograr que nos parezcan normales ese tipo de actitudes, en contra de toda lógica, cuando lo primero que debíamos hacer antes de coger cualquier teléfono es ponerle pingando, decirle cuatro cositas, amenazarlo si hace falta, por supuesto castigarlo sin batería ni conexión a internet cada vez que se porte mal, y dejarle bien claro en todo momento quién es el jefe.

En fin, es interesante saber con quien nos jugamos las castañas antes de caer bajo la influencia de uno de ellos, de ahí este texto introductorio. El teléfono es un artefacto de dudosa utilidad, que cuesta un riñón y que genera más problemas de los que soluciona. Que sea o no una herramienta útil y no un tirano que te convierta en su esclavo y te amargue la vida, depende de ti y sólo de ti, (pero por si acaso también estaremos por aquí tus padres para fiscalizar su uso). No es falta de confianza, hijo, es que su poder demiúrgico es arrollador.

Consejos, normas, instrucciones de uso:

1.- Lo primero que diré todas las mañanas nada más levantarme es: ¡ Hay vida más allá del móvil!

2.- Lo segundo que haré es creerme lo que dije en el punto uno.

3.- Lo tercero que haré es ponerlo en práctica: sigue habiendo libros, partidas de ajedrez, barajas, parques, bicicletas, plazas de Italia, amigos que todavía saben charlar y contar chistes, hermanos, padres, estudios y deberes. Y en caso se duda, nunca dejes de tener presente que el aburrimiento es una de las actividades más fecundas del género humano. ¡Ay, il dolce far niente! Pero si, pongamos por caso, la bestia te somete, Campanilla y Culo Gordo saldremos en tu auxilio y lo encerraremos bajo siete llaves por una buena temporada.

4.- Todos somos iguales, todos somos diferentes. Que toda la gente tenga móvil y vivan absortos por él, no significa que todos debemos militar en el mismo rebaño. Si tu vida depende del último wassap, de lo que puso fulanito, de lo que calló menganito o si zutano leyó o no tu mensaje… tienes un problema… y Campanilla y Culo Gordo te ayudaremos a solucionarlo librándote de las manos del tirano por una buena temporada. ( No hace falta que nos lo agradezcas , lo hacemos de mil amores, para eso estamos, hombre).

5.- Se supone que la función esencial de los móviles es facilitar la comunicación entre las personas. Lo que oculta tal afirmación es que la comunicación entre las personas es la actividad más complicada, enrevesada, sensible, sutil, confusa y dada a errores de todas las que desarrolla el género humano en su conjunto y con diferencia. Y los tontos de los teléfonos por su parte no ayudan nada. Antes bien magnifican las ambigüedades de nuestros mensajes, ahondan en la confusión y se regocijan con nuestras continuas meteduras de pata. Es más seguro bailar flamenco por un campo minado que manejarse con el wassap. Lamentablemente te lo dice la voz de la experiencia. Te sorprenderás de las veces que alguien habrá leído tus textos en un sentido diferente al que tú le has dado, y las veces que te irritarán las inocentes palabras que otros habrán escrito sin mala intención o sin intención alguna. De los mensajes explícitamente malintencionados mejor ya ni hablamos. Es por ello que debes tener siempre en cuenta que el wassap es un elemento bidimensional y por tanto limitado, que no es capaz de transcribir toda la riqueza de la comunicación humana: la voz, su timbre, sus modulaciones, su tono, las facciones de un rostro o el lenguaje postural, es decir, su capacidad de transmitir información es muy limitada e incompleta y, por lo tanto, debe ser empleado siempre con las debidas precauciones. Nunca seas impulsivo al contestar, nunca pienses que el texto que te produce tanta irritación está escrito precisamente para producirte esa irritación y, en caso de duda, aplica el primer consejo de este párrafo: nunca seas impulsivo al contestar. Lo que escribes queda escrito para siempre. Siempre es mejor callar, que darle gusto a los dedos. O te acabarás arrepintiendo, tú móvil se lo pasará en grande a tu costa, y te ridiculizará en la concurrida convención anual de teléfonos móviles de  Silicon Valley, so pardillo. A parte de que Campanilla y Culo Gordo también deberán tomar cartas en el asunto si la cosa se descontrola.

6.- Por más veces que te fotografíes el dedo del pie no vas a mejorar un ápice la belleza y armonía de su genética. Quién dice el dedo del pie dice cualquier otra porción de tu cuerpo.  Por más embelesado que estés con la belleza y la armonía de la genética del dedo de tu pie es posible que al resto del mundo no le interese tan singular prodigio. Es decir, que no hace falta publicar la foto en ninguna red social o enviarla por wassap. Quien dice el dedo del pie, dice cualquier otra porción de tu cuerpo. O bien, al contrario, resulta que todo el mundo está encandilado con la singular estética de tu apéndice inferior y la foto que divulgaste ingenuamente con tu móvil llega a todos los confines de la tierra y todo el mundo la ensalza y la retuitea, la replica, la comenta, y tú, tan celoso de la intimidad de tu dedito, te ves inmerso en una situación que no controlabas, que se ha salido de madre, y acabas convertido en una celebridad, que despierta pasiones en el populacho, pero también envidias, sobre todo en tu entorno más cercano y la gente que conoces empieza a sacar defectos a tu dedo y claro, ¡qué dedo no tiene su corazoncito!, y lo que empezó como una idea ingenua y sin prestensiones acaba haciéndote un daño innecesario. En fin, dicho con otras palabras: no metas la pata  ( ni la fotografíes).


7.- Las redes sociales hacen honor a su nombre. La gente las usa para enredar y además siempre te acaban enredando en alguna discusión, asunto o tema que, si lo piensas en frío, a ti ni te va ni te viene.  “ Qué descansada vida/ la del que huye del mundanal ruïdo”, como dejó escrito Fray Luis de León  ya por el siglo XVI advirtiéndonos de los peligros de las redes sociales, donde sólo por el hecho de que están personas involucradas, se convirtieren en puro ruido. Y señalándonos, además, que los pocos sabios que en el mundo han sido, son los que se decantan por la discreción y por sendas apartadas y serenas. "Redes + social" es la fórmula más parecido al trinitrotolueno: algo muy explosivo. Uno en su vanidad de vanidades puede pensar que es un pozo de sabiduría, un dechado de perfección, un crisol de excelsitudes, un filósofo magno, pero lo cierto es que, créeme, contradiciendo a lo que cantan Las Punsetes: la gente no está esperando que pase un día sin que des tu opinión de mierda. Si de verdad tienes una teoría definitiva sobre la paz en el mundo, las dos Españas, el choque de las civilizaciones, el calentamiento global, la tarjeta roja a Cristiano Ronaldo, la pajita que se ve en el ojo del vecino, antes de exponerla a los cuatro vientos, documéntate, escribe una tesis de no menos de quinientas páginas, contrástalo con la almohada durante no menos de quinientas noches y si transcurrido ese tiempo aún opinas que tu opinión es útil a la humanidad es que o no te has documentado lo suficiente o que debes cambiar de almohada. En cualquier caso, no lo hagas.

8.- Los teléfonos móviles elegantes son un escaparate al mundo. Y vaya escaparate. Pero en el mundo hay de todo: lo bueno y  lo malo, el Yin y el Yang, el Alfa y el Omega, la materia y el espíritu, la mente y el cuerpo, el sol y la luna, el blanco y el negro, el bien y el mal, la luz y la oscuridad. En fin, que por alguna razón no suficientemente estudiada del todo, al final despierta mucho más nuestra curiosidad las tinieblas que la luz y por ahí que tiramos.  Y no siempre estamos preparados para enfrentarnos cara a cara con las tinieblas, o no las entendemos, o no calculamos bien la carga de peligro que conllevan, o de alguna manera nos remiten a nosotros mismos, o nos hacen creer cosas que no son tal y como nos las pintan ni de lejos, pero nos dejamos influir y nos lo creemos y nos sentimos atraídos por el lado oscuro de la fuerza, pequeño Luc Skywalker. Ten siempre presente que el lado oscuro existe y que el sitio correcto está precisamente en el lado opuesto. Pero sobre todo, antes de ponerte a navegar sin ton ni son, ten presente que la factura del 4g la pagan tus padres. Apiádate de ellos.

9.-Llegados al punto que sigue al octavo es posible que empieces a entender por qué te hemos librado hasta ahora de esta máquina infernal o que te preguntes si tus padres te han dejado de querer ya que ponen en tus manos tamaño engendro perverso. Tómatelo como una muestra desesperada de confianza. Tómatelo como un reto personal en el que deberás demostrar sensatez, sentido común, precaución, freno, valor, generosidad, tino  y todas las cualidades propias de un Tirant lo Blanc, de un Amadís de Gaula o de cualquier otro émulo de caballero andante y aún éstas serán escasas, ineficaces e insuficientes. Pero tú no desfallezcas.

10.- Para terminar y sobre todo disfrútalo, equivócate, aprende y esfuérzate por mejorar. Demuéstrale que es tuyo y que no eres tú de él. Ahora más que nunca, no dejes de ser el dueño de tu destino, el capitán de tu alma.