viernes, 26 de septiembre de 2008

El paréntesis


¡Mira que tiene palabras el diccionario! Pues Don Gerardo Diaz Ferrán eligió esta anticualla griega para condensar la expresión de todos sus anhelos y del resto de empresarios de este país. Según el presidente de la CEOE lo que necesita esta país es un buen paréntesis, esto es, una "oración o frase incidental, sin enlace necesario con los demás miembros del período, cuyo sentido interrumpe y no altera".
Dicho así puede resultar algo lioso, farragoso, pero que no cunda el pánico, que si seguimos leyendo, la tercera acepción del diccionario de la RAE nos da una buena pista: lo que pretende el señór Díaz es aplicar una "suspensión o interrupción" a las reglas de la libre economía de mercado mientras dure la crisis económica que nos afecta.
¡Acabáramos!
Lo que pretende el señór Díaz es que mientras truena ahí afuera, el Gobierno de la Nación suspenda el sistema capitalista y lo sustituya por otro ( el señor Díaz no específica exactamente por cuál, si por un sistema comunista, o por uno de puro trueque, o por la mafia legalizada, o por una partida de monopoli ) pero el fin no puede ser más claro: como muy bien explica la primera acepción del diccionario de la RAE, este nuevo sistema tendría un sentido "incidental" ( no confundir jamás las comillas con los corchetes, por favor), pero todo lo que se pretende con la suspensión es una interrupción del período, pero no su alteración, esto es, que pasado el período transitatorio, mandar, manden los mismos que antes del desastre. El señor Díaz es un empresario, no un revolucionario, y culto, cuando usa las palabras, sabe muy bien lo que está diciendo.
El señor Díaz también está creando tendencia: el año próximo, cuando llegue junio y la agencia tributaria me pida la declaración de la renta, me diriguiré a ellos y les solicitaré que habrán un paréntesis que no altere el estado de mis ingresos; o la próxima vez que vaya por la autopista y vea un rádar, le pediré al señor agente que habrá otro paréntesis ( o que deje caer un tupido velo, si lo prefiere) que no altere ni mi cartera ni los puntos de mi carnet.
En fin, hay que saber usar bien las palabras. Qué talento, señor, qué talento.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Últimas palabras


Casi siempre tengo la sensación de que las líneas que me ocupan son las últimas de este blog. No hay en realidad tantas cosas que decir, ni tampoco la necesidad de soltarlas. Pero al final siempre sucede algo que te revuelve por dentro y te das cuenta de que sí, de que sientes la necesidad de hablar, de mostrar tu desconformidad. También en ocasiones suceden cosas buenas, sobre las que también necesitas dejar constancia, marcarlas con el lápiz rojo, resaltarlas, porque no siempre va a ser todo malo, desastroso, apocalíptico.
El último respingo lo ha provocado el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid. Su Consejería de Educación ha tenido la brillante idea de sacar a un grupo de estudiantes de raza gitana de un colegio muyyyyy grande y llevarles sin encomendarse a Dios ni al Diablo a un colegio más chquitín. Y a los payos que estaban mal a gusto en el colegio chiquitín, los han trasladado al colegio grandón, para que estén cómodos. No estamos hablando de instituciones privadas, si no de colegios públicos pagados con el dinero de nuestros impuestos. Si ya es anómalo este traslado forzoso sin contar con la opinión de los padres, lo más anómolo e intolerable es que las autoridades educativas hayan permitido que el gheto anide en un ámbito tan sensible y tan determinante para el futuro de nuestra sociedad: la escuela pública.
Si algo se debe exigir a un gobierno democrático es que vele escrupulosamente por la igualdad de oportunidades y de derechos de sus ciudadanos y es absolutamente inaceptable que sea precisamente un gobierno elegido en urnas quien conculque las normas más elementales de la cultura democrática.
Ni todos los políticos son iguales, ni da igual quien gobierne.
Hay fronteras que nunca se deben traspasar.