sábado, 29 de noviembre de 2008

El lado positivo de la existencia


Siempre he preferido poner el acento en los aspectos positivos de la realidad.

Para cenizos tenemos suficiente con la caterva de tertulianos que proclaman cada día el apocalipsis en radio y televisión.

Hoy quiero rescatar de la actualidad la cúpula que pintó Miquel Barceló en la sede de la ONU en Ginebra.

No me interesa la polémica de su coste ni de cómo se pagó, me interesa el hecho artístico en sí.

Cuando vemos las cuevas de Altamira nos damos cuenta de que quienes hicieron aquello ya no erán monos, eran personas.

Tendrían más pelo, un mentón más prominente y un lenguaje rudimentario, pero en ellos habitaba ya la semilla de lo humano.

Tenían consciencia de su presencia en la tierra y reflexionaban sobra su propia existencia.

El artes es, junto con el culto funerario, uno de los rasgos primigenios y definitarios de lo humano, tanto como el dudo pulgar que permitió utilizar herramientas, tanto como el lenguaje articulado que favoreció la comunicación, o tanto como el desarrollo del cerebro y de la inteligencia.

Eso tan indefinible que llamamos arte nos diferencia por tanto del resto de seres y nos eleva, nos transciende, nos define.

Hoy en día el concepto de arte esta demasiado corrompido. Demasiados intereses espureos entran en juego, el mercadeo, las salas de subastas, los museos, los libros de texto, las galerias, las universidades, los eruditos, los enteraos de turno.

Tantos árboles emborronan el bosque y nos hacen perder la perspectiva del hecho artístico, de su pureza, de su grandeza, de su irrenunciable subjetividad.

Porque el hecho artístico es desde mi punto de vista algo personal e intransferible. No se encuentra desde luego ni en los museos ni en las salas de subastas, y mucho menos en las cátedras de Historia del Arte. La Mona Lisa no deja de ser una tela emborronada si el espectador así lo percibe.

El hecho artístico se encuentra dentro del espectador, dentro de cada individuo que mira y siente y proyecta toda su subjetividad. Os podéis imaginar, en un villorrio medieval de casas bajas, qué podía sentir un campesino la primera vez que presenciaba la majestuosidad de una catedral gótica.

El hecho artístico se da cuando un cuadro, una sinfonía, una novela, una representación teatral, una canción o una película es capaz de conmovernos, de estremecernos, de resquebrajar algo muy indefinible y frágil que nos habita.

Es de ese hecho artístico del que os he querido hablar. De lo importante que es que gente como Miquel Barcelo pinten cúpulas ( insistó, no entró en que el resultado en sí nos parezca arte o no, cada uno tendremos nuestra opinión). Os hablo de la importancia de que nuestros iguales compangan sonatas, bailen danzas, escriban poemas o metan caca de perro en una lata de alubias.

Porque sencillamente la capacidad de emocionarnos que tiene el arte, cuando se da, nos reafirma como individuos y como seres humanos.

Reivindico desde aquí, en estos que algunos han dado en llamar "tiempos oscuros", reivindico la necesidad que tenemos de arte, de que nos obligen a reflexionar sobre nosotros mismos y transcendernos. La necesidad imperiosa de conmovernos, de emocionarnos, de rompernos por dentro para renacer de nuevo. Se da tan pocas veces y es tan necesario...

Gracias Miquel.

Salvatore Quasimodo.

"Cada uno estamos solos sobre el corazón de la tierra

Atravesados por un rayo de sol

Y de pronto... anochece".

ED E’ SUBITO SERA

Ognuno sta solo sul cuor della terra
trafitto da un raggio di sole:
ed è subito sera

viernes, 21 de noviembre de 2008

Intelectus apretatus discurre que rabia

CAPACIDAD DE SÍNTESIS ( es real)

Examen en el colegio público "García Lorca", MAdrid.
Jueves, 11.30. Asignatura: Literatura española.

Ejercicio: Composición literaria que contenga los siguientes temas:

1.- Sexo
2.- Monarquía
3.- Religión
4.- Misterio

Recomendaciones del profesor: brevedad y concisión.

Respuesta de uno de los alumnos:

"¡ Se follaron a la Reina!, ¡ Dios mío!, ¿ quién habrá sido?"