viernes, 23 de noviembre de 2012

Mäuschen Pérez

El otro día se pasó por casa de nuevo el ratoncito Pérez, así, en alemán, mäuschen Pérez. Era la noticia del día. Bueno, la segunda noticia del día, la primera era que ese día había Huelga General en el país.

- Anda que como el ratoncito este de huelga....

Perder un diente y quedarse sin la visita del ratoncito Pérez no favorecía su solidaridad con el movimiento obrero, ni con la lucha sindical.

Cascarrabias Kid, que ya sabe que las tumbas de la Catedral de Colonia las ocupan tres cuerpos espureos de tres impostores anónimos y que Pérez calza las misma pantunflas que su padre, se meaba de la risa, no tanto por saber, si no por prestarse al juego de la complicidad

- Eh Agente, si Pérez no trabaja esta noche...

Qué crueldad.Y era una pena, porque pocas cosas hay más divertidas que la sonrisa quebrada de un paleto caido. La sonrisa que borró de su cara la jornada reivindicativa.

Lo cierto es que Pérez vino. A Pesar de los pesares el Agente Naranja no perdió la esperanza y colocó su paleto debajo de la almohada. Lo cambió de sitio ni sé el número de veces y puso a su lado una linterna encendida, bajo la almohada, " para que el ratoncito Pérez lo vea bien".

Hubo que reprender a Cascarrabias para que en su entusiasmo por la estrenada connivencia no arruinara el encanto de los crédulos.

Hubo que improvisar. Le pedimos prestada  una piruleta a Cascarrabias Kid y rebuscamos por los cajones objetos que nos pudieran servir y que sustituyeran a lo que por la huelga no pudimos comprar. Cogí un lapicero y dos tiritas y completamos todo con un euro y el mensaje en alemán que, como en otras ocasiones, también dejamos debajo de la almohada.

- Qué pone, qué pone...

- Lieber Agente Naranja.  Ich freue mich sehr auf deinem Zahn, aber wird bitte nicht ein böses Kind.

A pesar de la zozobra del día de huelga, el mundo seguía siendo redondo y perfecto para el Agente Naranja. Un buen tipo, aunque a veces imite poses que ni le visten ni le corresponden, se ponga un poco chulito y nos dé malas contestaciones. Te sostiene la mirada y espera desafiante tu reacción.

 - Qué dices papá

- Que no despites las tiritas que te trajo del ratoncito Pérez , en el momento menos pensado las vas a necesitar..


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Invictus- Parte I


El otro día vi por la televisión el partido de Rugby entre Sudáfrica y Argentina. Impresionaba ver a los jugadores sudafricanos cantando su himno con emoción, orgullo y  hechos una piña. No siempre fue así. Al menos así lo cuenta Clint Eastwood en la película “Invictus”, basada en la libro homónimo del autor inglés John Carlin, en el que cuenta cómo Nelson Mandela, recién llegado al poder como primer Presidente negro en un país hasta hace poco bajo las leyes segregacionistas del Apartheid – palabra de origen holandés, primer país en colonizar ese territorio y establecer políticas segregacionistas- , decide valerse de la celebración  de un evento deportivo como el Mundial de Rugby de 1995 para obtener rédito político y unir a la Nación.

En Sudáfrica, el fútbol era el deporte de los negros y el rugby el de los blancos. La comunidad negra volcaba todo su odio y su frustración sobre el equipo nacional sudafricano de Rugby, los Springsboks, como símbolo de la segregación y de la opresión a la que estaban siendo sometidos. Al llegar al poder el Partido Nacional Africano la tentación de hacer tabla rasa con el pasado y eliminar todos los elementos y símbolos del poder blanco estaban ahí y el equipo y emblema de los Springboks era en buena lógica de los primeros en estar en el punto de mira . Mandela, sin embargo, sabía que lo más importante cuando asumió el poder era lograr la reconciliación entre las dos comunidades y que ésta no se conseguiría con rencillas ni venganzas, sino con generosidad y grandeza de corazón. Si los Springboks eran importantes para la comunidad blanca era necesario que los Springsboks no sólo sobrevivieran sino que fueran vistos por toda la nación como algo propio. El reto no era pequeño.

En un momento de la película, Francois Pienaar , el capitán de los Springboks, en fechas previas al comienzo del mundial, se presenta en el gimnasio mientras entrenan sus compañeros y les va repartiendo uno a uno un papel. Sus compañeros miran el papel y no alcanzan a comprender. Estaba escrito en la lengua de los negros y nunca se habían tomado la molestia de aprender la lengua de unos seres a los que consideraban inferiores. Pienaar les explica que es el nuevo himno de Sudáfrica y que se lo tiene que aprender. Casi todos los jugadores rasgan la hoja y la tiran. Pienaar sabe lo que piensan y sienten sus compañeros, sabe también que no está en disposición  de obligarles a cantarlo, pero también sabe que la situación del país ha cambiado les guste o no, que algunas cosas no volverán a ser igual a como habían sido hasta entonces para la minoría blanca y  les pide que por lo menos muevan las labios en el campo cuando suene el nuevo himno: "Nkosi Sikelel´i Afrika” ( Dios bendiga África).

Al principio el nuevo himno convivió con el anterior “DieStem” ( “la Voz de Sudáfrica”), siendo ambos oficiales para promover la tolerancia y coexistencia racial, pero más adelante, en 1996, ambos himnos se fundieron en uno sólo. En realidad el himno sudafricano trata de ser un buen ejemplo de la integración que pretende, ya que esta escrito en las cinco principales lenguas del país, El Xhosa, el Zulú, El Sesotho, el Afrikaans y el Inglés.


Lengua
Letra
Traducción ( muy kibre)
Nkosi sikelel' iAfrika
Maluphakanyisw' uphondo lwayo,
Dios bendiga África.
Que su cuerno suba más y más
Yizwa imithandazo yethu,
Nkosi sikelela
Thina lusapho lwayo.
Escucha nuestras oraciones
Y bendícenos Señor
Somos la gran familia africana.
Morena boloka setjhaba sa heso,
O fedise dintwa le matshwenyeho,
O se boloke, O se boloke setjhaba sa heso,
Setjhaba sa, South Afrika — South Afrika.
Dios bendiga nuestra nación
Detenga guerras y sufrimientos
Y salve, salve nuestra nación
La nación de Sudáfrica — Sudáfrica..
Uit die blou van onse hemel,
Uit die diepte van ons see,
Oor ons ewige gebergtes,
Waar die kranse antwoord gee,
Desde el azul de nuestro cielo,
desde lo profundo de nuestro mar.,
sobre nuestras eternas montañas,
ahí donde los riscos claman sus respuestas,
Suena la llamada para permanecer todos,
juntos y unidos,
vivamos y esforcémonos por la libertad
en Sudáfrica, nuestro país.