viernes, 28 de diciembre de 2007

En el nombre del miedo


En nombre del miedo el gobierno de los Estados Unidos ha restringido severamente las libertades y las garantías constitucionales de sus ciudadanos y del resto de mortales ( que por acción de su política somos hoy más mortales que nunca)
En nombre del miedo se centra el debate político en la falsa contraposición entre seguridad o democracia, seguridad o libertades públicas, seguridad o caos y terorrismo.
En el nombre del miedo nuestros parlamentos aprueban cada día leyes que empobrecen nuestra vida democrática y restringen nuestros derechos ciudadanos para salvaguardar nuestra integridad física, económica y geopolítica ( ¿ de verdad es necesario?).
En el nombre del miedo se crea todos los días una atmósfera irrespirable y axfixiante con el beneplácito y el apoyo incondicional e insustituible de todos los medios de comunicación, lo de la derechas y lo de la ultraderecha.
La globalización es el escenario del miedo, donde un ciudadano de Oseja de Sajambre, pongamos por caso, vive intimidado por un atentado sucedido en Sidney, en sus mismísimas antípodas. Este Estado de Terror Permanente en el que estamos inmersos no se improvisa. Está convenientemente planificado y publicitado. No olvidemos que un ciudadano asustado es más manejable y pone menos pegas cuando se toman según qué decisiones.
Esta semana unos cacos entraron en la casa del popular ventriluoco José Luis Moreno y le dejaron el cuerpo para pocos valses. Al salir del hospital, tullido y magullado, cualquiera hubiera comprendido que el señor Moreno hubiera arremetido contra las fuerzas de seguridad, el gobierno, la inmigración ( al parecer los agresores eran extranjeros) y contra cualquiera que se le pusiera a tiro. Sin embargo, a pesar de todo el mensaje que transmitió es digno de enmarcarlo en letras de oro: " no se puedo vivir con miedo". Gracias, señor Moreno. Muchas gracias.
Trataremos de seguir su consejo, a pesar de los medios de comunicación, de la perversión de los gobiernos y de los partidos, por una mera cuestión de civismo.
Quién dijo miedo. Es mucho lo que está en juego. No nos rindamos con tanta facilidad.

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