miércoles, 11 de febrero de 2009

canción de cuna para un marinero nostálgico

La luz
velada de las viejas cámaras fotográficas
revela el ansía de la imagen
que pudo haber sido.
Esta ahí, pero no la vemos.
Estuvo, fue.
La presentimos y añoramos su fantasma.

Se apaga en ti la luz de África.
Luz única. Irreversible.
Se aburren las teclas en tu boca de sonreir
tan poco.

Tampoco
reconoces aquí el trino de los pájaros.
Todo aquí es extraño.
Cierra los ojos.

El amor quedó para siempre en la otra orilla.


Ya es mala suerte
En esta playa los fantasmas también son blancos.


Duerme.

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