lunes, 12 de marzo de 2012

El recordman



Mis hijos no son más guarros que los de lo demás, pero cuesta un mundo conseguir que se duchen. Llevan el ecologismo al extremo, no derrochan ni una gota de agua. El mundo sería más sostenible si todo el mundo fuera, con un bien tan escaso, igual de ahorrativo que mis hijos.

Luego están los prolegómenos. Lo primero, desnudarse. A eso no ponen reparo. Es más, se dan todos los dias tres vueltas por la casa con la minga al aire, como osos marcando el territorio. Porque sí. Viva el naturismo. Luego se meten en el cuarto de baño, primero uno, el lento, y luego el otro, el lentísimo. Y se pasan media hora haciendo posturas delante del espejo. El Agente Naranja es capaz de representar la Guerra de las Galaxias todos los días entre los azulejos blancos del baño antes de meterse en la ducha. ¡ La saga entera!, ¡ las seis películas! Da igual que entres en el baño y le des un grito, en cuanto te das la vuelta a desenfundar la espada láser. Darle la vuelta a los espejos - ya lo hemos probado -, tampoco surte efecto, hasta que no se acaba la Guerra de los Clones no hay nada que hacer. Es como si la roña necesitara que se completara ese extraño ritual para abandonar, tristemente, esos cuerpos que con tanto mimo les cobijaban. Estoy seguro que alguien debería escribir un artículo al respecto en "Science": " roña y danza, dialéctica sincrética", "cortejos duchales en bípedos del género sapiens","El desnudo infantil en la prevención del cáncer de próstata".

Al final hemos decidido mandarlos a la ducha un par de horas antes para lograr que se acuesten a una hora decente. A grandes males, grandes remedios.

Pero lo que yo quería contar es un récord del mundo. El Agente Naranja es capaz de abrir a tope el grifo de la ducha, con él debajo, y cerrarlo a continuación antes de que llegue a tocarle el agua, antes de que le alcance siquiera la humedad, su frescor, le premonición de la limpieza. ¡ Es fantástico!

- ¿ Qué has hecho las últimas tres horas, hijo?

- Ducharme

- ¡ Pero si estás completamente seco!, le digo después de haberle tocado el pelo o la parte interior de los codos o de las rodillas

- Que si, que me duche. Dice de lo más convincente.

- Pero llegaste a abrir el grifo.

- ¡ Claro!

Y quién pone en duda tanta determinacion en la respuesta. Lo dicho, tiene que tratarse un record mundial. Qué otra cosa podría ser.

No hay comentarios: