lunes, 25 de febrero de 2013

Corazón

Parafraseando al Emperador, amigos, más de 3000 títulos me contemplan, y no todos necesariamente malos. Aunque con esto de la crisis no hay panoja ni para libros y he tenido que abandonarme al placentero oficio de las relecturas.

En Navidad todos los suplementos culturales se esmeran en atosigarnos con listados de los mejores libros del año y no son pocos los autores que han publicado sus cánones de lectura: los 1000 mejores libros de tal  o cual, cien títulos que no puede diñar sin haber leído, qué se yo. Cualquiera al que le guste leer podría esbozar su propio listado de referencia de libros para llevarte a una isla desierta. Tranquilos, no lo voy a hacer. Yo no me voy a una isla desierta ni en barco.

Pero sí he descubierto a mis cuarenta y tantos un libro que me marcó mucho, sin yo saberlo. Se trata de Corazón , del autor italiano Edmundo de Amicis. Este libro me lo leía la Reina de Saba cuando yo era un crío entre 7?, 8?, 9?, ( más de 10 no seguro)  años. Todas las noches venía a acostarme y luego me leía ese libro, como antes y después me había léido otros. Yo ahora les leo por la noche el mismo libro, en la misma edición que me regaló mi madre en los años setenta ( ¡ cómo te lo cuento!) a los muchachos. Y me escuchan con la misma consternación y atención con que me imaginó que yo escuchaba a la Reina de Saba.

El libro es infame. Está ambientado en la Italia de las guerra napoleónicas, y es un libro militarista, patriotero, puritano, santurrón, pero tiene una virtud insoslayable. Narra la historia de unos niños en la escuela, de la misma edad de mis hijos, en la que ellos se ven totalmente reflejados, con sus pasiones, sus mismos anhelos, sus mismas angustias, sus misma filias y fobias. Por esos pupitres desfilan el abusón, el diletante, el esnob, el solitario, el buen compañero, el humillado, el  niño pobre, el buen y el mal estudiante, el hijo respetuoso y el gamberro y en todas las acciones de los muchachos siempre subyace una dilema moral sencillo y evidente. Cada noche, cuando empuño el libro, siento el devoto silencio bajo las sábanas, siento sus ojos ensoñadores perdidos en el horizonte, percibo cómo se aceleran sus corazones al mismo ritmo que el de los protagonistas, palpo las imágenes que se forman en sus molleras a medida que avanzan las historias y constato como se congratulan cuando los problemas se cierran correctamente, por la acción valiente, generosa y honesta de sus protagonistas. Corazón plasma un mundo redondo dondas las buenos, no sin dificultades, ganan y los malos obtienen su castigo, donde los protagonistas, para obtener sus fines, se enfrentan en cada capítulo al ataque de sus convicciones más profundas y deben elegir entre el bien, que es un camino pedregosoy comprometido, y el mal, que es una solución evidente y libertadora.

Dentro de muchos años a ellos les quedarán gravabas las historias de ese libro, del mismo modo que tantos años más tarde, reconozco en mi la influencia de ese libro en la voz de la Reina de Saba.

Las historia de Marco que fue de los Apeninos a los Andes en busca de su mamá, está sacado en parte de una de las historias de este libro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tas como un poste,bárbaro...dentro de no sé cuantos años les quederán grabadas los sentimientos de haberte escuchado...si es que lo hciste bien.... ¿te parece poco?