miércoles, 12 de septiembre de 2007

¡ Estos africanos!


Este verano se publicó en los periódicos que varios funcionarios de alto rango de Kenia renunciaron a su trabajo y, por tanto, a su sueldo, porque consideraban que sus funciones carecían de contenido. Dicho en otras palabras, que se tocaban los cojones todo el santo día.

Mi amigo el funcionario se echó las manos a la cabeza horrorizado al enterarse de la noticia.

- No son profesionales- exclamó mi amigo el funcionario- así cómo van a progresar en la vida.

Nótese que para mi amigo el funcionario profesionalidad es el equivalente a llevar el arte del escaqueo y del mínimo esfuerzo a las más altas cúspides.

Doy fe aquí de que mi amigo el funcionario es una profesional como la copa de un pino y, que si no se le hubieran adelantado, la molicie bien pudo haberla inventado él. Ese es su gran disgusto.

- Se empieza por renunciar a un trabajo seguro – sentenciaba mi amigo el funcionario – y se acaba metido en una patera.

Y es que estos africanos no aprenden. Menos mal que estamos los blancos para enseñarles.

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