lunes, 14 de abril de 2008

El peso específico de la añoranza

Después de muchos años hemos vuelto a experimentar la ilusión de viajar, de hacer la maleta, cojer un avión, escuchar otro idioma, conocer otras costumbres, a veces con sorna, otras con sorpresa, en ocasiones con temor o recelo; la emoción de despertarse por la mañana sin saber de atentamano cómo será exactamente el día que te queda por delante, qué persona, qué paisaje, qué sorpresa te acecha a la vuelta del camino. ¡Hacía ya tanto tiempo!
El Agente Naranja y Cascarrabia´s Kid se quedaron en casa con los abuelos y... nos echaron de menos. Hemos estado fuera diez largos y apacibles días y los dos muchachos nos han echado de menos. No menos que nosotros a ellos. Pero está bien, francamente bien. Está bien que hayan conocido esa espina, que sepan que no sólo somos la máquina de reñir, que ocupamos un espacio con un peso específico importante en su corazón, que hayan tenido tiempo de medir y calcular el tamaño y el sabor del desasosiego... aunque a la vuelta nos hayan pasado su paticular factura de rabieta y sensibilidad a flor de piel. La pago con gusto.
¡Tanto amor!

No hay comentarios: