jueves, 10 de febrero de 2011

Mi amigo Elhadji


Mi amigo Elás tiene cincuenta? cincuenta y dos? cincuenta y cinco años?, es senegalés y hoy acaba de ser papá por cuarta vez. El primer hijo varón. Su primera hija tiene veinteseis años, vive en Senegal y le ha hecho abuelo hace unos pocos meses. La segunda tiene ya 17 años y la conocí cuando contaba aún con 10 u 11 años. La tercera, que también vive ya en España, tiene trece años. Todos los hijos los ha tenido con la misma mujer. Su mujer es senegalesa, ha llegado a España hace poco más de un año y apenas habla un poco de español. Elás tiene la nacionalidad española y sus hijos también.

El tiempo tiene las patas largas y corre más que los ladrones. Cómo explicarse, si no, que hace casi veinte años que nos conocemos. Ya entonces hablaba un español más que correcto y era un hombre optimista, simpático y leal, la sonrisa siempre puesta, sin impostura, el chiste, la broma, el abrazo, el afecto. A pesar de que su vida, como la de otros muchos compatriotas, no siempre fue fácil. Me refiero a sus compatriotas de antes, los senegaleses, no a los de ahora, los españoles. Por aquel entonces tenía un puesto en el rastro y vendía no recuerdo si bolsos, o camisetas o marroquinería, ni falta que hace. Luego consigió un trabajo en el andamio. Fue un salto sustancial en su vida. Todavía me acuerdo de lo delgado que estaba y cómo se quejaba de lo duro que era la vida de peón y cómo nos reíamos con las bromas que le gastaban con lo del cerdo, el alcohol y el tamaño de la verga.

Años más tarde me lo volví a encontrar y me contó que se acababa de sacar el carnet para conducir camiones. " Llama aquí de mi parte", le dije y a la semana siguente conducía un camión rumbo a Bélgica. Me llamó para darme las gracias. No sé si le hice un favor o una putada, pero él me sigue sonriendo y saludando afectuosamente cuando me ve. Lleva ya unos cuantos años al volante y en el interín ha conseguido la nacionalidad española y ha conseguido reagrupar a la familia. Elás es un buen trabajador, y quiero pensar que un buen esposo y un buen padre. Desde luego es un buena amigo, un buen musulmán y un buen ciudadano. También un buen compañero: un hombre optimista y alegre, con la sonrisa siempre cargada y que trasmite cariño y luz a todos los que le conocemos. Es un hombre digno de confianza. Qué más se puede decir de una persona.

Ahora además, es un hombre feliz. Ha sido padre de nuevo. Cualquier otro español de su edad estaría más preocupado por su plan de pensiones que por traer otro vástago a este mundo. Tenemos tanto que aprender de estos nuevos compatriotas.

No me quiso decir cómo se llamaría el chaval. Es un secreto. Dentro de una semana, como marca la tradición en su país de origen, harán en casa una gran fiesta, le raparán el pedo al recién nacido y en ese momento harán público el nombre del nuevo miembro de la comunidad. Justo en el momento de hacer público su nombre, como marca la tradición, habrá que sacrificar un cordero. Pero en España está prohibido sacrificar animales fuera del matadero y con el sello azul en el culo. Qué hacer. En el momento de decir el nombre del recién nacido alguien al otro lado del móvil y del mundo, en Dakar, matará un cordero en el momento indicado.

Me siento un hombre afortunado por poder contarme entre los amigos de Elás y también me siento orgullosos porque al poder llamar compatriota a Elás se ennoblece, enriquecey agranda el sentimiento de ser español.

Enhorabuena y gracias amigo.

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