domingo, 1 de julio de 2012

El grano y la montaña


El Agente Naranja se ha ido hoy  de campamento. Solo. Sin su media naranja, valga la redundancia. Ayer estuvo toda la tarde intranquilo, mientras Campanilla preparaba la maleta. No le cabía el alma en el cuerpo. Durmió malamente. Madrugó. A las ocho ya lo teníamos en nuestra cama buscando seguridad y firmeza con nuestro roce. Luego, con el juego con su hermano, en esas horilla muerta antes de marchar, de yo te escondo la gorra y se la encuentras te doy un beso, Cascarrabias´Kid y el Agente Naranja se dieron un montón de besos. Besos, besos, besos.

Durante el viaje de ida Cascarrabias´Kid no dejó de chinchar a su hermano. Nada nuevo, por otra parte, pero hoy parecía menos apropiado que nunca. No intervenimos. Cuando llegamos al campamento estaban ambos fuera de sí. Excitación. Nos enseñaron las instalaciones, el Agente Naranja se instaló en su litera y al poco nos marchamos. Nunca pasa nada. Todo saldrá bien.

En el viaje de retorno había demasiado silencio en el coche. Escuchamos por la radio que el reciente vertido de fuel en la costa asturiana ya había llegado a la altura de playa España, muy cerca de donde el Agente Naranja está de campamento."¿Ya le echas de menos?", le preguntó Campanilla muchos kilómetros más tarde. El no fue categórico. Pero ni media hora más tarde - habíamos quedado para pasar el dia y comer con la familia- Cacarrabias´Kid se vino abajo y rompió a llorar. El hilo que les une es denso e irreductible, pero en días cómo hoy parece que una nube, la niebla, una mota en un ojo impiden ver su consistencia y entran dudas de su solidez. Me acerqué y me senté a su lado. Las manos en las mejillas, los codos apoyados en las rodillas, la gorra bien calada, la mirada perdida al frente. Su hermano era un miembro amputado que empezaba a doler en ese espacio indescriptible llamado alma. Luego, fiel a su naturaleza extrema y dramática hizo una montaña de un grano de arena. Además en la radio habían dicho que el galipote había llegado a Villaviciosa y no se iba o poder bañar, o lo que es peor, si se bañaba, sabe dios lo que le podría pasar. Vamos, el cielo estaba cercano a derrumbarse sobre la cabeza del Agente Naranja y sólo él, su hermano, Cascarrabias´Kid era plenamente consciente de la tormenta que se avecinaba. En su imaginación, su querido hermano era ya una especia de cormorán moñudo, boqueando entre estertores, con las alas inutilazadas por la grasa, ahogándose en una gran mancha de aceite.

Besos, besos, besos.
La foto es de Cascarrabias´Kid, Mont St Michel, Francia. Robada desde el coche, a pesar de la ventanilla. Uncidos pueden mover el mundo.

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