domingo, 9 de septiembre de 2012

Yo no soy marinero

La semana pasada les comenté a los chicos que aprovecharan para cantar la de "yo no soy marinero" porque a partir del lunes no iban a poder hacerlo sin faltar a la verdad: nos habíamos inscrito en un curso de vela ligera. Al final, vamos a poder seguir cantándola un año más. Me reservo una semanita en septiembre todo los años para irme de camping con los muchachos, pero este año no me apetecía nada de nada. Mi equipo de campismo se ha quedado un poco "vintage", con su tienda canadiense de hace veinta años, su lumogas, su camping gas, etc. Pero lo peor de todo no es la moda retro, es eso de dormir tirado. "Un paisano es un paisano aunque-i pegue la muyer" y yo ya me acostumbré a las palizas de mi señora, pero a mis años la tortura de dormir en el suelo no la llevo nada bien. Asi que este año decidí introducirme en el apasionante mundo de la navegación a vela.
No me podía imaginar que sería tan complicado hacer vela en Asturias en el mes de septiembre. La mayoría de clubs naúticos a los que llamé, y llamé prácticamente a todos desde Navia a Llanes, o no daban cursos de vela en septiembre o los daban sólo a los niños, o sólo a los adultos, o a los niños por la mañana y a los adultos por la tarde, en fin, que cuando por fin conseguí uno que encajara con las fechas y nos aceptará a los tres, llevaba ya acumulada una buena factura de teléfono. Estaba tan contento que me puse a cantar la del marinero. - Ya te saliste con la tuya, Culo Gordo-. Me comentaban los compañeros de trabajo. - "¡¡¡¡¡¡¡¡Por ti seré, por ti seré!!!!!!" Me las prometía felices, pero al final todo quedó en nada. El domingo sopló nordeste y desarboló la embarcación, cayó el palo mayor de la ambarcación y se suspendió el curso. Lo peor no era quedarse sin curso sino retomar el plan A: el camping. Al final optamos por una solución intermedia: nos fuimos de albergue y no lo pasamos mal. El Cantábrico en septiembre ofrece grandes posibilidades y los chicos disfrutaron los baños y las olas con el paipo. Superada la decepción por el curso de navegación fallido, todo hubiera salido a pedir de boca de no haber sido por Cascarrabias´Kid: siempre a tenido celos del hermano pequeño, pero nunca estos se habían manifestado de una manera tan agresiva, irracional y frecuente como en los últimos quince días. Lo achacaremos a lo prolongado del periodo vacacional y esperemos que empezado el curso se acabe la rabia. Faltan cuatro días.

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