jueves, 29 de septiembre de 2011

Un poquito de por favor



LA EXPOSICIÓN

Se ve estos días por la tele un anuncio de una nueva cadena de comida rápida: hamburguesas, patatas, refrescos con gas, en los que salen adolescentes y familias muy contentos y muertos de hambre. Hacen su pedido y según llega el camarer@ con la comida el niño se lanza literalmente encima de la comida antes de que dé tiempo a poner la bandeja sobre la mesa. Los padres le ríen la gracia. Los adolescentes se comportan poco más o menos igual, pero sin sus padres delante.

LA QUEJA

Yo sé que el objetivo de la publicidad es presentarnos un producto, hacernoslo atractivo con el fin último de vendérnoslo. También sé que la publicidad suele ser un fiel reflejo de la realidad social y de las costumbres y comportamientos de todos nosotros. Debo admitir que el anunciante en este caso, la realidad, la clava. Pero entre plasmar la realidad y fomentar valores, diste un gran trecho. ¡ Tantas horas sentados a la mesa, pidiéndo a Cascarrabias´Kid y al Agente Naranja que se sienten recto, que no se toquen los pies ni lo otro, que pongan el brazo en la mesa, que no apoyen el codo, que esperen a que les sirvan, que no se lancen a la comida, que no hagan ruido al comer, que metan en la boca sólo el trozo que puedan masticar, que no coman con las manos, etc, para que estos zafios tiren por la borda tanto trabajo ( sin excesivo éxito, todo sea dicho)!

Lo dicho, un poquito de por favor y ... no cuenten conmigo entre sus clientes nunca. Cerdos.

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