martes, 7 de mayo de 2013

Risas, carcajadas y cintura

Cascarrabias´Kid no acepta las bromas, sobre todo si él es el protagonista o la víctima propiciatoria. Sin embargo comprende y disfruta como un enano de los juegos de palabras, los dobles sentidos, las sinecdoques, las hipérboles, los retruécanos, la ironía, las analogías. Valora las historias bien contadas, no se le escapan las trampas del lenguaje y empieza a cazarlas al vuelo. No sólo comprende algunas propuestas de lo más descaballedas, en ocasiones se anima a participar y consigue arrancarnos alguna sonrisa, o algo más, con su agudeza y sus ocurrencias.

El Agente Naranja no pilla ni una. Es un chico alegre, desenfadado, que irridia optimismo y buen rollo, pero de humor, de sus trampas, trucos y  añagazas... nada de nada. Hay tanta alegría y felicidad en su interior que no necesita recurrir a sucedáneos. Lo suyo es auténtico y pleno. Un chiste es un puzzle de un millón de piezas, todas despergidas, sin pies ni cabeza. Una perdida de tiempo inncesaria.



El agente naranja aguanta muy bien las bromas. Le resbalan. No se toma las cosas a pecho. Su hermano no. No acepta la crítica y vive la más mínima alusión a su persona como un ataque directo, profundo, doloroso. A mi que me lo expliquen, tan despierto para los juegos de palabras más sutiles y enrevesados por una parte, y tan poca cintura para otras menciones cuyo origen y finalidad no es otra que crear humor, el mismo humor que tanto disfruta y le estimula.. Cascarrabias´Kid no sabe reirse de si mismo.Es un hecho. El Agente Naranja no ha dejado de hacerlo desde el día que nació.

Yo, lo de Cacarrabias´Kis lo achaco al golpe. Cuando tenía tres o cuatro meses se me cayó de la bañera en el cuarto de baño, se golpeó la cabeza y nos llevamos un susto de muerte, que acabó en urgencias hospitalarias. Fue el golpe seguro, le dejó la cabeza como un sonajero. El día que se me ocurrió provocarle y comunicarle mi irrefutable teoría casi le da un pasmo. Dos minutos antes nos habíamos estado riendo a mandíbula batiente de alguna ocurrencia, con esa risa suya tan contagiosa y escandalosa, más limpia que el cielo de Baltanas en verano, que nace del mismo centro del estómago, ahí donde crian las mariposas, y dos minutos después me hubiera clavado un tenedor en el culo. En fin.

Cascarrabias´Kid tiene imaginación. La saca poco de paseo, pero tener la tiene, como todo el mundo. ¿no?. De fantasia, sin embargo, anda más bien escaso. El Agente Naranja, al contrario, es pura fantasia, está siempre en algún lugar lejano, a su bola, en su mundo interior, lejos de nosotros y de si mismo. Contento, fantaseando, hablando solo, viviendo varias vidas por minuto. ¿ es por eso que no entiende ni aprecia el humor?.

Al Agente Naranja cuesta darle cuerda, cuesta otorgarle confianza para que se afience su autonomía: no se fija, no se responsabiliza, no atiende, no ve el peligro, no desconfía. Hay que atarle corto. Cascarrabias´Kid nació hecho un paisano: es responsable, serio y sabe desenvolverse en cualquier situacion a las mil maravillas, y sobre todo no las provoca; las situaciones de riesgo, quiero decir. Tiene, ejerce y reparte sentido común. Quizás sea un poco asustadizo, tirando a lo melodramático, pero un poco de miedo nunca viene mal: no olvidemos que el miedo ha facilitado la supervivencia de la especie. El muchacho ha aceptado y superado todos los retos que sus padres le hemos propuesto.

Mal que le pese no renuncio a chincharle ni a seguir tomándole el pelo. Ahora bien, mi espíritu de supervivencia me aconseja no hacerlo antes de haber recogida los cubiertos de la cena. ¡Ay!

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