El Agente Naranja es el Ferrá Adriá de la podología, un gourmet de pies delicados, un snob en busca de la excelencia pedestre.
Ha empezado el curso escolar y del mismo modo que acabamos el años pasado, hacerle madrugar cuesta un mundo. Cada día se acuesta más pronto. Da igual. No hay quien le levante y haga carrera de él. El problema hoy fueron los calcetines.
- ¿ Por qué no te vistes?
- ...
Cinco minutos más tarde.
- ¿ Pero aún no te has vestido?
Estamos a principios de curso. Otros cinco minutos de margen por el bien de la paz familiar.
- Vamos chato. Que tenemos que marcharnos. Anda, majete, vístete que te estamos todos esperando para marchar.
- ...
- ¡ Campanilla, ve a hablar con TU hijo, que no se quiere vestir!
- Anda, bonito, dile a mamá qué te pasa. ¿ Por qué no te vistes?
Eran grises. Los calcetines eran grisis y no se los quería poner. Qué contrariedad.
Decididos a empezar bien el curso a costa de lo que fuese, no nos quedó más remedio que llamar a Ban Ki-Moon y negociar con el mismísimo Secretario General de la Onu el tipo de calcetines que el Agente Naranja llevaría al colegio.
( No sé cuánto tiempo nos va a durar la capacidad contemplativa si se somete todas las mañanas a este presión).
1 comentario:
Como dices tú, joer, joer, joer...
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